"Estamos en crisis y todos estamos igual", ¡qué falso!
Hay quienes han perdido algo, los que han perdido mucho y los que están pasando habre sin esperarlo. Los que se toman vacaciones sacando de los ahorros, los que no pueden salir de vacaciones y los que no pueden desplazarse ni a comprar pan. Hay también muchos que deben conformarse con un coche de gama baja o vivienda inferior, quienes han dejado la compra de estos bienes para otro año y muchos también los que están llevando las llaves de ambos (bienes) a los bancos y cajas de confianza hace tan solo un año.
Unos dicen que no se ha sabido ahorrar, otros que esto es coyuntural y pasajero, y una gran parte que no sabe cómo podrá mañana comprar los antidepresivos que le ayuden a no llorar. También hay quien señala desde el estamento político que la ayuda está en camino, pero es que no llega a la gran mayoría de las personas que ahora están pasando hambre y necesidad, exceptuando esa ayuda llamada Caridad (que también escasea). No llega, mientras nuestra conciencia (la de los que tienen pan todos los días sin pensar en céntimos), sigue negando los principios básicos de la solidaridad en aras de la estabilidad familiar, la que nos enseñó el sistema que ahora nos arroja este problema de muchos.
Hablemos pues de solidaridad familiar, urbana y social a lo largo de esta semana.
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