Asomados a la ventana de un futuro global

Ha fallecido Amelia, más conocida como la abuela del blog. Una mujer mayor que se hizo a sí misma un hueco en el mundo internauta mostrando la cara y poniendo la voz de los más mayores. Su historia es corta y bonita, no así su vida que ha sido muy larga y difícil. Nos ha dejado a todos los que conectamos alguna vez con ella, una experiencia difícil de no valorar por lo humana, sencilla y natural como la vida misma y que supo transmitir. Entrad en su blog, que aún está activo, porque merece la pena conocer quién fue Amelia y qué nos ha dejado.
Por mi trabajo he tenido que mantener contacto con todo tipo de colectivos y grupos sociales desde la misma base, pero ahora estoy abriendo camino al conocimiento y experiencia en directo con los más mayores, en concreto con los mayores que asisten a los bailes, viajes y cuanto ocio modesto se les ofrezca. Es increíble la energía que despiden aunque la próstata, las hormonas revoloteando y la artrosis les señalan como ancianos. Bailan y bailan sin parar, aunque alguno tenga la cadera totalmente rota sin haberse enterado aún (y eres tú quien tienes que dirigirlos con voz de señorita Rotenmeller al hospital antes de que se te caiga en la pista de baile entre morbo contenido, exigencia de responsabilidad y grititos agudos) y sólo te dicen "esta semana tengo un poco flojas las piernas" y tú les digas que "hoy no bailes y te sientas", aunque sepas que va a aguantar el dolor con tal de brincar como un chaval de 15 años. O te lleguen de un viaje de 1 día en Benidorm por 3 euros con viaje, almuerzo y comida pagados. Eso sí, han de asistir a una charla donde intentarán verderles mantas eléctricas, baterías de cocina o un sillón "relax" y donde, sólo por haber asistido, eles regalan un paraguas, una gorra o un abanico.
Es un mundo el de los abuelos de mucha soledad, pena y amargura, pero también de una apreciación de las cosas y de la vida que sólo se adquiere así, viviendo.
Me gustaría que me dijérais qué opináis de los mayores y de cómo la pensión, el ocio obligado y las enfermedades repercuten en su momento actual, en el que están porque aún viven. Un abrazo.