martes, 15 de noviembre de 2011

Cuando un "jefe" te habla de crisis

Corría el año 2008 y oí a un Interventor de un Ayuntamiento (no viene a cuento cuál) justificar el retraso en el pago de facturas, más de 5 meses, debido a la "crisis". Y temblé.
En 2009 ya te lo decían abiertamente los concejales de Hacienda cuando concertabas una cita por el retraso de esas mismas facturas más de 8 meses. Y me puse en manos de la Psicóloga.
Ya en 2010, y con todo el dolor de mi corazón, desmonté oficina, me di baja en la Seg. Soc. y pasé a ser un número más en el Servef. Ahí me enfurecí.
En 2011 sobreviví con la ayuda de amigas y amigos para comer, pagar luz, agua, etc. Y me indigné sobremanera.
Ahora me río con cierto cinismo y escepticismo cuando voy al Servef y, dada mi capacitación profesional, me llama a su despacho el "jefe" de la oficina, quien tras media hora de charla distendida donde a base de preguntas comprueba que mi curriculum no miente, me dice que "la crisis" está haciendo estragos, que mi situación es tan terrible como la de los 5 millones de parados, que no se puede hacer nada y que si por lo menos consiguiera un contrato de unos meses, tal vez se podría hacer algo para que cobrase algún tipo de ayuda. Y ahí me indigné aún más.
Cuando se supone que los profesionales que trabajan para dar soluciones a los problemas, te atienden y despiden con frases negativas, ¿dónde te metes, a quién acudes, qué haces?
Pues eso, entregarte a la solidaridad y a esperar que en 2012 podamos articular, entre todos, un sistema más justo que nos permita vivir dignamente.
Amigas, amigos, como veis voy recuperando fuerzas y entereza tras estos días de enfermedad. Gracias a todas y a todos por vuestro apoyo, vuestra energía y vuestra solidaridad.

martes, 8 de noviembre de 2011

La angustia que oprime

Era mi compromiso no escribir hasta encontrar la perspectiva desde fuera del Hospital, pero la estancia se alarga y la comunicación se hace necesaria. Un contacto nuevamente personal y solidario.
Este mes de Noviembre, y tras recoger algún dinero por el trabajo de mi hijo antes de partir para Jaén a la recogida de la aceituna, la suma en efectivo que necesito antes del día 10 asciende a 250,00 euros. Por favor, solicito vuestra ayuda, no tengo ningún otro medio de conseguir esta cantidad, y más tras estar 15 días en el Hospital fuera de combate.
Me resulta tan difícil hacer esta petición que no sé qué más decir sin que la angustia me oprima la garganta. Sabéis que no pido un importe completo de nadie, si no la ayuda que cada uno pueda ofrecerme para, entre todos, poder suplir una necesidad de vida tan acuciante como es poder pasar un mes.
Esta cantidad es solo para costes de luz y mantenimiento de la casa junto con pagos necesarios para ello. Lo que es la cuestión de la comida, y para que no surjan descoordinaciones, lo llevo directamente con las amigas y amigos que se ofrecen a realizar la compra.
Por favor, no deseo seguir escribiendo ni apelar nuevamente con ello a vuestra solidaridad, ya digo que la angustia es grande, por ello lo vamos a dejar aquí y ya escribiré en otro momento las cuestiones, análisis y debates de los temas, sin necesidad de implicarme tan directamente en cuestiones que tienen que ver con la supervivencia personal.
Gracias. Os envío el número de la cuenta en que hacer el ingreso
Nº de cuenta: 2090/0149/62/0000854367

jueves, 3 de noviembre de 2011

Una Crónica debilitada

La coordinación va perfecta, los "bichos" malos están vencidos y la recuperación comienza; pero cuando las fuerzas te abandonan no puedes hacer casi nada, excepto contemplar. En ese estado me encuentro y hay que agradecer a la Medicina haber llegado a él sin interrupciones en el camino.
¿Secuelas?, aún no se sabe. Es posible que algo quede, pero si es así, sólo tendréis que hablar con un volumen un poquito más alto que el normal. De todas formas aún no se sabe, pues ahora comienza el período de la recuperación lenta y las pruebas médicas que permitan saber el porqué de una Meningitis bacteriana de repetición.
Recibí el apoyo de todos y todas cuando más lo necesitó mi alma y la ciencia médica se ocupó del resto. Estaba convencida de que mañana podría abandonar el hospital, pero tendremos que esperar un día más por lo menos por esta secuela que es necesario estudiar.
¿El futuro a corto plazo?. Me esperan 3 ó 4 semanas de poco a poco y sin prisas para nada (pero podré llevar a cabo el trabajo que unos buenos amigos me han proporcionado para el 20-N, donde estaré en una Mesa electoral de Petrer); mi hijo Arturo estará en Jaén en la recogida de la aceituna (espero que su padre le pague este año, y por primera vez, igual que a los miembros de la cuadrilla con la que trabajará); Julia tiene asegurado el transporte hasta diciembre para desplazarse a estudiar, además de poder trabajar si así lo deciden sus profesores en la campaña de Navidad (que esperamos pueda de verdad trabajar para ayudar a pagar sus estudios) y en cuanto a mí, deseo y espero que la familia y los amigos y amigas me visiten y podamos quedar para vernos y devolver tanto cariño como me habéis dado.
No quiero hablar de necesidades diarias, no quiero entrar en un tema que ahora mismo no podría abordar con calma. Así que emplazo a más adelante, cuando me haya adaptado un poco a todo de nuevo. Cambios hay en casa, pues he que preservar las defensas al máximo. Ya hablamos de todo ello cuando nos vayamos viendo.
Corto para no cansar ni cansarme y espero que la próxima entrada sea distinta de estas últimas y que podamos hablar de temas necesarios de debatir.
Por último, y es que no me puedo resistir, preguntaros ¿habéis visto la foto pública de Merkel y Sarcozy en la reunión sobre la deuda de Grecia recogida hoy en prensa?. Me ha chocado tanto que no puedo por menos de comentar: si la cara es el espejo del alma ¡qué hipócritas!

martes, 1 de noviembre de 2011

Crónicas desde la 407

Dejemos la tortura del dolor y pasemos a los sueños. Hola de nuevo.
Tras enganchar la vía en una mano una vez que se me acribilló los dos brazos y no fue posible coger las venas, comenzó la lluvia de antibióticos de todos los tipos y condición. El dolor al amanecer del viernes se fue casi al completo, pude abrir los ojos por primera vez desde el miércoles y lloré cuando comprobé que no me enteraba de nada.
No reconocía muchas palabras y el resto se me olvidaban. La palabra, uno de los pilares de mi base social, laboral y personal, me abandonaba. En ese momento es cuando comencé a atender de una forma consciente las llamadas de mis hermanas y amigas queridas. Qué dolor en el mismo centro del sentimiento comprobar mi estado. En ese momento fue cuando sentí cómo mi ánimo se había resentido.
No quise esperar más, pedí ayuda a todas, hermanas y amigas, para poner remedio desde ¡ya!. Y mi querida "Peli" me dijo con toda naturalidad "¿Pero cómo te vas a quedar sin ánimo si es algo que tienes desde siempre?". Aquellas palabras me hicieron reaccionar y fue cuando os pedí a todos, amigos, amigas, conocidos, personas que quisieran sumarse a una acción, que me enviasen abrazos de ánimo. Y recibí tanto calor, alegría, fuerza y amor, que el ánimo se puso al máximo.
Lógicamente no fue fácil y para ello hice uso de mis técnicas de concentración y utilicé el sueño. La noche la pasaba en vela y sólo dormitaba en momentos muy cortos, habiendo sido los dos primeros sueños reveladores en cuanto a mi situación, soñando con pesadillas más o menos angustiosas que me escapaba del Hospital y, con el camisón, iba y venía de un lugar a otro reconociendo a personas (en mi primer sueño sólo éramos mis hijos, Arturo y Julia, y el coche que desde agosto ya no está a mi lado y dudo que continúe entero en el desguace).
Bueno, llego ya al sueño del ánimo: me hundí en mí misma e hice uso de la imagen más conocida de "La Carta de la Tierra", esa imagen en que se encuentra una Tierra hermosa entre dos manos muy acogedoras. Me centré y fui introduciendo entre aquellas manos, mis manos cogiendo mi cabeza con suavidad, a todos y cada uno de vosotros y vosotras, unos por el nombre, otros por la imagen, otros por un contexto. A todos. Y me dejé llevar durante el insomnio de toda esa tercera noche a la amistad y al cariño, sin llorar casi nada porque cuando las lágrimas hacían su aparición, me decía "no puedo mostrar mi dolor, hay que mostrar el ánimo y la fuerza, que es lo que pido y no puedo pedir algo que no voy a utilizar".
Lo conseguí. No es que hiciera nada del otro mundo, ya veis que es muy poco, pero las emociones ahí encerradas eran tan intensas (producto sobre todo de la debilidad cerebral que supone la enfermedad que estoy pasando), que para mí supuso todo un logro acompañado de la consiguiente felicidad. Desde entonces, ¡¡¡que no me toquen el ánimo!!!.
Como anécdota decir que cuando dije a una de las enfermeras que entró a media noche a ponerme uno de los goteros, que había tenido una pesadilla que empezaba con que me escapaba del Hospital, ésta me contestó "hija, eso no es una pesadilla", en un tono tal, que me hizo sonreír (por lo menos por dentro); pero sí fue una pesadilla, ya que el estado en el sueño era de angustia y sabía que sólo en el Hospital era donde estaba bien, y no correteando por ahí.
El sábado ya conseguí tener el ánimo en su sitio, algo que hizo muy feliz a todos y a todas, y aunque aún no coordinaba bien las palabras, me pasé el día leyendo y durmiendo (bueno, no tanto, ya que el sueño es intermitente durante el día y nulo por la noche, pero sí descansando, que es casi lo mismo en este estado). La sorpresa fue cuando por la noche sentí cómo las fuerzas físicas, las de la Naturaleza de uno mismo, me hicieron plafff y se fueron total y absolutamente. Yo sabía por la experiencia anterior que esto pasaría de un momento a otro, pero una cosa lleva a otra, y si los antibióticos se llevaron la fuerza, me despejaron la lucidez. Así pasé el día siguiente, domingo, hablando y sabiendo ya lo que decía y leyendo y enterándome de las cosas.
Voy a intentar decir lo que es la descoordinación de la que os he hablado tanto. Cuando la mente está lúcida, el pensamiento corre y circula como la electricidad, pero cuando no hay fuerza suficiente, se reacciona un poco más tarde que ese pensamiento, lo que motiva que haya que estar volviendo atrás casi continuamente porque faltan letras si se escribe o se lee, por ejemplo. Además agravado porque no tener fuerza te cansa tanto como si estuvieras haciendo las cosas a velocidades de vértigo y la sensación que prima es el cansancio. Solo queda descansar y tomármelo con mucha calma.
El lunes fue mi día. Me trajeron el portátil porque necesitaba escribir. Las noches en blanco eran un pensar, pensar, pensar y pensar. Gracias a la tecnología dispongo de internet, ya que utilizo "el pincho" desde que no puedo pagar ningún enganche. Claro que no dispone de una gran velocidad ni nada de eso, pero yo sólo escribo y leo, por lo que "el pincho" me viene de cine, es compartido con un vecino, por lo que si me cuesta poco, así me cuesta menos, y me permite estar en contacto con todos y la realidad que busco, para mí una necesidad.
Como desde el lunes las cosas ya están siendo más claras, lúcidas y abiertas, mañana os cuento, que ahora voy a pasear un rato por el pasillo (despacito, despacito) mientras espero a mi hijo que ya sube a hacerme un poquito de compañía (en realidad a poder engancharse a internet ahora que les he dejado solo con la tele, ¡¡¡si les conoceré yo!!!). Besos, muchos besos a todos y todas porque formáis parte de mi existencia. Os quiero.